domingo, 2 de septiembre de 2007

El agricultor olvidado




W. B. U.


En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no puedo acordarme, hace mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero. Una mañana, cansado de tanta lectura de cuentos de caballería, decidió quemar sus libros y dedicarse por entero a la labranza de su hacienda. Gracias a ello no enloqueció y vivió bien, como todo un terrateniente.
Rosado y gordo, le fue ganando algunos años a una vida tranquila, hasta que un día murió junto a los suyos y fue sepultado, a la usanza de la época, a escasos metros de la capilla del lugar y junto a cuatro grandes molinos de viento. Hoy nadie lo recuerda, porque su vida se enmarañó en las bucólicas jornadas del campo. Su vida quedó sepultada por un cúmulo de hojas de calendario y los viejos molinos de viento están siendo demolidos para construir, justo por allí, una nueva carretera.

FIN

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