viernes, 23 de enero de 2009

Soneto a la Física Cuántica de tu Amor




W. B. U.







Dice del átomo la física cuántica:
la pequeña organización universal,
no es más que un breve núcleo sideral
rodeado de oscilación fanática.

De circuitos de rápidos electrones
que giran a velocidades increíbles,
manteniendo una estática indecible
para formar las redes que componen.

Eso es el átomo, espacio puro, pequeño
para algunos la razón de la sinrazón
para mí el fundamento de mis empeños.

Si forma todo, da blanda organización,
¿por qué, entonces, no puedo penetrar
la increíble dureza de tu corazón?

190109

lunes, 12 de enero de 2009

¿Y si después de todo no quisiera llorar?





W. B. U.


¿Y si después de los análisis de rigor
y las cuentas pertinentes
resulta que no quiero llorar?

¿Y si después de todo
resultara que en verdad no soy culpable,
que nunca lo he sido,
o que mi culpabilidad
no es otra que la de haber
aceptado la verdad?

Tú quieres que llore
¿por qué quieres que llore,
si una lágrima no basta para redimir el dolor?

Si tengo culpa,
si alguna culpa tengo
es la de haber enfrentado esto
con valentía,
sin cuestionamientos.

Estás equivocada,
has perdido el tiempo,
y, por lo demás, el sabor de este cigarro
sabe mucho mejor sin ti…

lunes, 5 de enero de 2009

Ser o No Ser





Walton Beltrán Uyevic


Fernando estaba inquieto, pues se enfrentaba al más crudo de sus dilemas: ser o no ser. Esa era la cuestión más importante que le perturbaba la razón.
Durante mucho tiempo había deambulado en los límites del limbo sin haber sido, como un autómata, como un robot. Era un perfecto desconocido. Un anónimo más en el amplio grupo de transeúntes sin rostro distinguible, sin más respaldo que el reconocimiento de su desconocida madre, tan anónima como él.
Divagó solo, la intimidad de los pasillos lo acogió como a un desterrado, como a un engendro que ocultaba la vergüenza de no ser. Escuchó opiniones de Eduardo, de Fabiola, quienes le sugirieron distintas opciones para que su entidad dejara de ser el simple accidente vital, que hasta la fecha había sido sobre el planeta.
De pronto, cuando nadie lo intuía siquiera, se iluminó en él la sonrisa de la decisión y de la certeza. Entonces, se sentó frente al teclado y editó su perfil en Facebook. Acto seguido, se inclinó satisfecho sobre el respaldo de su silla y respiró tranquilo. Ya existía.

FIN