martes, 6 de octubre de 2015

Queltehue



Eres el más pobre de todos,
una galante y estoica figura,
enjuto quijote de los potreros
naciste sin cuna, sin jergón, sin pesebre...
pero caminas con garbo elegante,
a pesar de que no tuviste un nido,
naciste donde te sorprendió el destino.

Roto chileno de los campos,
zarrapastroso tenor de los cielos,
eres más pobre que pensionado de AFP,
conoces la luz en la tierra misma,
sobre el barro y pedruscos.

A pesar de tu pobreza franciscana,
usas un monóculo rojo
y vistes un impecable frac,
blanco negro y gris,
pero, ¿para qué fiesta?

Padre y madre, siempre juntos,
vigilan con celo al polluelo.
Usan la estrategia de la distracción,
y se ofrecen
en un martirio constante de gritos.

Resilientes y porfiados,
a veces, pierden al polluelo
bajo las ruedas de un tractor,
pero vuelven a empezar,
porque la vida no sabe de justicias.

Que su grito anuncia la lluvia, dicen...
y algunos, temerosos,
escudriñan el cielo y se protegen...

Pero, ¿qué dice, en realidad,
el lastimero grito del queltehue?
¿qué oscura afrenta reclama,
cuando su frágil envergadura
corta el cielo negro, en vuelo rasante?
¿qué congoja lúgubre
esculpe en el oscuro cielo,
sobre el viento húmedo y frío?

Que su grito anuncia la muerte, dicen,
y algunos, temerosos,
escudriñan el cielo y se persignan...


041015