sábado, 21 de diciembre de 2013

Besos en la alfombra














En la radio, Tracy Chapman
solloza su huida en el auto rápido de su novio,
mientras yo le pongo freno a mis manos.
Afuera la calle está vacía y gris,
pero no me importa,
porque desde hace tiempo
que caminas por las avenidas
iluminadas de mi memoria.
Hoy es fiesta en este cuarto de hotel,
porque acabas de llegar,
atardecida e inquieta,
tu pecho jadea como la primera vez.
Los arreboles de tu piel,
acusan un pudor contenido
en el cielo rubicundo de tus mejillas,
cuando mi mano baja, lentamente,
el cierre eclaire que desciende por tu espalda.
Te dejas caer,
como el pétalo de una rosa
sobre el prado cómplice de la alfombra
y llega el beso en el que bebo
ese aire pesado que va y viene,
mientras tus ojos y mis ojos son un solo ojo
que se mira y es mirado en un único universo…
Entonces tiemblas entera,
como una luna en el agua,
mientras yo
ciñendo voy tu cintura
encendida de deseos
con un cordón de besos
que baja hasta ese: tu secreto…
Mis besos y mi lengua
le pusieron jáquima a tus caderas
que encabritadas sentenciaron
tu vocación de rotunda hembra…

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