martes, 30 de junio de 2009

Esta eternidad se nos acaba...





W. B. U.


Esta eternidad se nos acaba
mientras lloriqueamos, gemimos,
sollozamos como niños con hambre
por todo lo que no nos ha sucedido.

Esta eternidad que es el momento del beso
se me hace un instante cuando te recuerdo,
y se constriñe en una convulsión de sinsabores
cuando te tengo y no te tengo.

Esta eternidad se me hace incendio,
flagrante letanía de tu silencio
y lloro como niño tu ausencia
y así seguiré hasta el fin de los tiempos…

domingo, 28 de junio de 2009

El amor se me viene de golpe








W. B. U.


Como la sombría lluvia de mi infancia,
esa que caía a torrentes
entre efluvios de pinos y eucaliptos,
así se me viene el amor de golpe,
cuando mi memoria te dibuja
en el lienzo de mi recuerdo.

Eres demasiado fecunda y provechosa,
para perderte en el olvido
y así rompes, obstinada, testaruda,
una y otra vez este silencio y este frío.
Por eso, aunque mis dedos no te toquen
serás la hembra lozana de mi nido,
hasta el último de mis días
serás la única hechicera que me ha tenido.

Si solamente llamaras primero,
para no perturbarme cuando te recuerdo,
para no sentirme agobiado
por tanto amor que me llega de golpe,
entre vahos, entre brumas
yo estaría ansioso,
como el verso que no nace de mi pluma.

Para entender por qué te sigo recordando
todos tendrían que conocer nuestros miedos,
y que las mentiras las sellamos con un beso,
con un beso que quema,
como los arreboles que encienden,
eternamente, este cielo…

La métrica que a unos preocupa












W. B. U.





La métrica que a unos preocupa
a otros nos mantiene sin cuidado
si yo fuera así, tan preocupado,
tendría que buscarlas con una lupa.

Sin embargo, escribir yo prefiero
sin ocuparme ni de las medidas
y no quiero andar a escondidas
quiero ser poeta, no ingeniero.

Quiero siempre expresar lo primero
que llegue a esta cabeza forana
aunque no sea yo un buen rimero.

Mantengo una postura idílica
para que me perdone Mejorana
y me critique EnlaBasílica.

viernes, 19 de junio de 2009

¿Dónde están las mariposas amarillas?









Walton Beltrán Uyevic





¿Dónde están las mariposas amarillas
que dentro de nuestros estómagos volaban
cada vez que mis dedos te exploraban
ganando gestos de amor y mil cosquillas?

No las tiene el gran Mauricio Babilonia
y el viejo General Buendía, tampoco
sólo las tiene escondidas este loco
en un castillo oscuro de Caledonia.

Para recuperar este tiempo pasado
quiero invitarte a que juntos volemos,
ya vez, todavía sigo enamorado.

Burlémonos como siempre a hurtadillas
porque yo quiero: alegre o enojado
recuperar mis mariposas amarillas.

domingo, 14 de junio de 2009

Paso a Dos









Coautoría de Socorro Melgarejo Lozano
y Walton Beltrán Uyevic



El humo de mi cigarrillo te dibuja
entre las cuatro paredes de mi ansiedad
y te recuerdo febrilmente bajo las sombras
de la luna.

El humo de tu aliento me envuelve y me seduce.
Desfallezco,
y no sé si me encuentro en el cielo o en la tierra
o en los espacios siderales y turbados de tu cuerpo.

Mis sentidos se inundan
y me pierdo por el camino de tu fiebre.
Y ya no sé qué hacer, ni qué sentir
ni adonde dibujarte con mis labios cuando mi boca arde
y puede que hasta abrase tu piel estremecida.

El humo de mi cigarrillo te trae
desde los límites del tiempo
y desde los rincones más profundos
del territorio de mi memoria.

Y comienzo a contemplar como te acercas,
sinuosa, agazapada, con pasos de felina
para ocultarte entre las hebras del humo que se escapa
en busca de la luz de una luna colorada
que abrasa porque el sol ya no quema.

¡Vuela!, te digo.
¡Escapa por esa ventana que se funde
en el espacio recóndito del tiempo y el territorio agreste
que son los lugares oscuros de mi memoria!

¡Vuela, mientras llueve y no deja de llover!

Llueve sobre los manantiales,
llueve.
Llueve sobre los claros del día y las acequias,
llueve.
Llueve sobre el jardín y el granado
haciendo que revienten sus frutos escarlata
como un corazón que se derrite
y se entrega a los gorriones,
en una ofrenda,
grano a grano.

Les llueve a los poetas y a los versos.
A los cántaros,
a las copas vacías y a los vasos de cristal.
Llueve por todas partes.
Se rebasan los ojos de tanta angustia,
el agua se desborda en los deseos y en la memoria.

Y no para
de
llover
y
llover.