sábado, 24 de diciembre de 2011

Cómo me gustaría poder hablarte de sueños

















Cómo me gustaría poder hablarte de sueños,
explicarte los caminos diversos de la vida,
pero ya ves, hijo, llevo mi alma dormida
vagando entre inútiles esperanzas y ensueños.

Desgarrándome en los límites sordos del dolor
mis lágrimas ruedan lentas como una letanía,
insuficientes, no alcanzan para salvar el día,
y mi piel va cambiando lentamente su color.

De tu silencio los murallones quisiera trepar,
desbastar las cadenas de tu maldito encierro
para liberarte y a este cruel destino increpar,

fulminarlo con voz firme, con mano de hierro,
rescatarte de sus garras sueño y a él descepar
aunque mi castigo sea la muerte o el destierro.