jueves, 28 de agosto de 2008

Tu silencio




W. B. U.


Tu silencio tiene el sonido de olas profundas, rumor arcaico, megalítico,
viniendo, porfiadas y oscuras, desde el límite mismo del tiempo.
Tu silencio me trae el frío de una humedad marina que saluda mi rostro,
mientras los minutos transcurren y mis pies dibujan pasos azarosos,
derroteros lentos y sin propósitos, sobre esta fina arena negra.

Tu silencio es esa risa saltarina y coqueta que ya no escucho,
esas palabras tuyas que por mucho, ya no calman, como ayer, mis afanes.
Tu silencio es esta playa demasiado amplia y sola
donde te veo caminar arrellanada, echa un bulto,
mientras dibujas una sonrisa, que sabes falsa, sobre tu rostro.

Sí, te veo desde lejos, caminando sola,
tan sola, más solitaria aún que antes,
porque insistes en querer olvidar,
pero no podrás escapar del pasado.
El recuerdo es un depredador demasiado poderoso
y nosotros sus pequeñas víctimas que jugamos a ocultar fantasmas.

Pero tú, empecinada, terca, testaruda,
caminas más sola que yo,
porque mis pasos van con tu recuerdo
y tú, en cambio, te aventuras sola por esta playa de fina arena negra…

jueves, 14 de agosto de 2008

¿Cómo puedes seguir...?




W. B. U.


Sé que olvidarte me será fácil,
porque he podido levantarme hoy
sin que me incomodara,
como antes, el lado frío de tu cama
y pude bajar la escalera de un salto
para prepararme el desayuno.

Salí de casa y respiré a pulmones llenos,
porque estoy lleno de propósitos,
sí, te olvidaré fácilmente,
quizás, en un santiamén.

Lo intuyo, lo huelo,
sé que debe ser fácil olvidar que te quise,
sólo tengo que caminar estos días tristes,
estos días vacíos que dejaste,
sólo tengo que aguantarme las ganas
de oler en el aire ese perfume tuyo,
que como un arrullo, juega a embriagarme.

¿Dónde está el secreto de la paciencia?
Dímelo,
¿Dónde está la fuerza para resistir?
Te lo pido,
aunque bien sé que no quieres saber nada de mí.
Ja, pero será fácil, será fácil, sí, será muy fácil,
me lo impongo,
sólo tengo que soportar la soledad terrible
y aguantar este horrible agobio que me embarga.

El sol dibuja un arco dorado en el cielo
y se demora todo un día,
mientras yo, que antes veía, las cosas con claridad
no hago más que pensar
en cómo hacerlo para olvidarte.

Porque, la verdad,
se me hace difícil, cada vez más difícil
y me ahogo,
me caigo dentro de este pozo
que me cubre con recuerdos,
y con risas (tus risas que aún suenan)
y con tantos juegos que jugamos.

Ah, cómo envidio, maldita,
esa facilidad tuya para continuar,
¡cómo puedes seguir respirando!
¿tan tranquila?