viernes, 31 de octubre de 2008

Una y otra vez (como las olas)




W. B. U.


El agua parece estar fría a tus pies,
la arena se siente muy fría a tus pies,
el viento golpea frío bajo tus pies,
mi ansia se postra fría a tus pies.

Las olas esconden tu olvido, una y otra vez,
y te traen de golpe y te llevan, una y otra vez,
y yo sigo aquí, en ésta, tu playa, una y otra vez,
recordando tu voz y tu aliento, una y otra vez.

Ay, angustia, cómo duele no poder hablarte,
estás tan lejos, cómo duele no poder tocarte,
estás con otro, cómo duele no poder amarte,
estás tan sola, cómo duele no poder calmarte.

Tu silencio te vuelve tan lejana, una y otra vez,
tu mentira te humilla y te mata, una y otra vez,
y lloro en silencio, desde lejos, para acompañarte
para que lo sepas, para que lo intuyas,
una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.

Y lloras sobre la arena fría de la playa,
dibujando una sonrisa
que se te cae a pedazos,
lo mismo que tus sueños,
lo mismo que tus brazos,
pero estoy aquí, ya vez,
esperando el momento,
esperando tu palabra,
y tus ojos y tu gesto,
cansado, anhelante,
una y otra vez…

miércoles, 8 de octubre de 2008

SONETO IV



De cómo la memoria traiciona al olvido
W. B. U.

Buscando en la memoria de tu paso corrompido,
y en los gestos que dejaste tirados en mi cuarto,
encontré por azar tu voz, que me llama: ¡Walton!,
desde el sueño lejano más subterráneo y dolorido.

Me claman con fervor cautivo las palabras viejas
que dijiste un día, antes del agobio venerable,
porque aún duele el tiempo y la partida miserable,
quemando los días que vuelan como mudas quejas.

El mínimo espacio de aquella, mi soledad milenaria,
se convierte en la esperanza silente que te ofrezco.
Ay amor, pero qué lejos de mi fe extraordinaria,

está la esperanza de tenerte otra vez, siempre vivo,
y mis lágrimas se secan lentas mientras yo renazco,
y no te advierto, y te olvido, y te olvido, y te olvido…