sábado, 12 de diciembre de 2015

De a poquito...



Te la voy a ir metiendo de a poquito,
con una ternura altanera y caprichosa,
esa idea de que te conviene amarme,
de que ya no tienes escapatoria.

Esa certeza de que serás feliz a mi lado
te la voy a ir metiendo de a poquito,
y te irás convenciendo apacible
y sucumbiendo a mis argumentos de besos,
sólo dame el tiempo que preciso.

Y mientras esté, como un loco,
embelesado metiéndotela de a poquito,
irás moviendo tus caderas de fuego
al compás danzante de una felicidad... plena.

Entonces, apropiándonos de aquella,
esa idea de que amarme es tu mejor negocio,
uniendo nuestras manos en un abrazo de dedos,
me planto frente a ti como el mejor socio...

Walton Beltrán Uyevic

121215

martes, 6 de octubre de 2015

Queltehue



Eres el más pobre de todos,
una galante y estoica figura,
enjuto quijote de los potreros
naciste sin cuna, sin jergón, sin pesebre...
pero caminas con garbo elegante,
a pesar de que no tuviste un nido,
naciste donde te sorprendió el destino.

Roto chileno de los campos,
zarrapastroso tenor de los cielos,
eres más pobre que pensionado de AFP,
conoces la luz en la tierra misma,
sobre el barro y pedruscos.

A pesar de tu pobreza franciscana,
usas un monóculo rojo
y vistes un impecable frac,
blanco negro y gris,
pero, ¿para qué fiesta?

Padre y madre, siempre juntos,
vigilan con celo al polluelo.
Usan la estrategia de la distracción,
y se ofrecen
en un martirio constante de gritos.

Resilientes y porfiados,
a veces, pierden al polluelo
bajo las ruedas de un tractor,
pero vuelven a empezar,
porque la vida no sabe de justicias.

Que su grito anuncia la lluvia, dicen...
y algunos, temerosos,
escudriñan el cielo y se protegen...

Pero, ¿qué dice, en realidad,
el lastimero grito del queltehue?
¿qué oscura afrenta reclama,
cuando su frágil envergadura
corta el cielo negro, en vuelo rasante?
¿qué congoja lúgubre
esculpe en el oscuro cielo,
sobre el viento húmedo y frío?

Que su grito anuncia la muerte, dicen,
y algunos, temerosos,
escudriñan el cielo y se persignan...


041015

domingo, 28 de junio de 2015

Como un anillo























Eres perfecta como un anillo,
pilar de mis deseos,
ingrávida,
te pareces a una pompa de jabón
saltando sobre la piel de un durazno
cuando caminas,
negra aceituna de jugosa carne...
¡Cómo me gustaría hincarte el diente!
¡Cómo me gustaría echar a volar
esas tímidas torcazas
que anidan en tu pecho!
Recorro a tientas el vacío que imagino
lleno de tu sabrosa carne
y caigo
perdido en la búsqueda
de tu contorno de vasija ardiente.
Déjame explorar el infinito,
en la menuda superficie de tu piel...

W.B.U.
270615

viernes, 8 de mayo de 2015

En el altar de tu piel



Quisiera ofrendar en el altar de tu piel un beso,
liberarlo sin premura por el espacio de tu sombra,
desde la carne enjuta a los pliegues de la alfombra
un ósculo que surja torpe, como ida sin regreso.

Un beso que avance lento por la curvatura de tu cuello,
que se amolde, calce y que vista esa piel con letargo,
un beso que sea una promesa dulce, caliente y largo,
demorarme hasta el fastidio, perderme en el resuello.

Quisiera experimentar la justicia de mirarte toda,
litúrgicamente, porque tu cuerpo me pertenece,
lo hice mío a costa de cientos de amaneceres
en que te besé, como sabe hacerlo este rapsoda.

Pero a pesar de todo emprendiste el camino
fue un trayecto sin prudencia, sin retorno
desde entonces, ardo en medio de este horno
que es pensarte en brazos de un enemigo.

¿A quién le doy, ahora, los besos que me sobraron,
esos que olvidé sembrar en el huerto de tus pechos,
esos que se enredaron entre los pliegues del lecho,
esos que con pasión, con risas y deseo nos hartaron?

W.B.U.
220415