viernes, 20 de julio de 2007

El desenfreno




Walton Beltrán Uyevic

Alejandra estaba cansada de tanta porquería, tanto prejuicio, tanta envidia y tanto cinismo por lo que decidió liberarse, desnudándose en público. Caminó varios kilómetros hasta llegar a la concurrida playa nudista y como en un acto de catarsis comenzó a sacarse todo. Esta experiencia fue para ella como un desenfreno, un frenesí, le gustó tanto que cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde, se había quitado el maquillaje, la piel y había comenzado con las vísceras.


FIN

1 comentario:

Sergio Martín dijo...

No está nada mal.

un Saludo.