sábado, 10 de julio de 2010

Rumor a ti...




W. B. U.


El rumor del río
no pudo ser opacado
por la quietud fría de las rocas
y entre cantos de alharacos tricahues,
subí por la humedad eterna
del Estero de La Sombra.

Las piedras albergaban
el paso tenaz del tiempo
y tu terquedad estaba reflejada
en los brillos fósiles del granito
y entre sombras, helechos y canelos
me fui adentrando en el bullicioso silencio.

Una rama de colihue
flotando en el raudal
y el vuelo de un chuncho
me recordó el vaivén
de tus caderas al bailar.
Entonces tus ojos,
nuevamente me desnudaron
y así, liberado,
nadé nuevamente en el hielo
que escurre raudo.

Tu pelo era el musgo
de los viejos roblecillos,
tus pestañas
las acículas rubias de los pinos.

Caminé y caminé
subiendo la quebrada
para escapar de ti,
pero no pude esconderme,
porque nunca estuve solo.

Aún no estoy solo.

Ay, cómo dueles
y cómo estás presente
en la quietud de todos mis paisajes…

2 comentarios:

MarianGardi dijo...

Tu pelo era el musgo
de los viejos robles.
Que bellas imágenes nos ofrecen tus versos.
Me gusta tu estilo
Saludos!!

unsilencioquenocalla dijo...

Muchas gracias, Marian. Tus palabras me entusiasman poreste sendero de las letras, las imágenes y las emociones...