jueves, 28 de abril de 2011

Felices infelices



(Homenaje a la canción “Óleo de una mujer con sombrero”, de Silvio Rodríguez)













W. B. U.

En medio de la oscuridad que es tu pecho,
torrencial y gélida noche de temores,
veo una luz que vacila,
que titila triste un instante…

Corazón le llaman,
pequeño animal que teme,
alimaña, a veces,
que hoy se encoje en el estremecimiento
como una señorita buscando cariño…

Esa oscuridad promete dejarte ciega
por lo que no te atreves a dar el paso,
pero qué más da,
como susurra el trovador:
“la cobardía es asunto de los hombres,
no de los amantes”,
seres osados e irresponsables, envidiados
tanto más como bellos y audaces,
pero qué saben ellos, benditos ignorantes,
ni sospechan siquiera que el mañana existe…

Los amantes son el hoy,
felices infelices atrapados,
no pueden evadirse, escaparse
del hipnótico susurro del ahora,
que los convoca, los atrae fascinados,
seducidos en la eternidad del minuto,
en el placer jugoso del momento, hecho carne.

Los cobardes estaremos siempre anclados
al pasado y al futuro,
porque “los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias,
se quedan allí”,
arropados los pies, con la bufanda al cuello,
envileciéndose en la comodidad de un techo,
envejeciendo responsablemente...

Oh, vileza de la responsabilidad,
cuánto dolor…
“Ni el recuerdo nos puede salvar…”.

2 comentarios:

tecla dijo...

Con la boca abierta me has dejado Walton.
Esto sí que es poesía en estado puro. Transparencia de tu alma y de tu vida. Estoy sin palabras para decirte. Se me han ido asustadas y sin saber hablar ante la grandeza de las tuyas.
ES MUY BUENO. Guárdalo para el próximo libro.
Te quiero mucho Walton.

Vergónides de Coock dijo...

SI ES VERDAD QUE LOS OPUESTOS SE ATRAEN, ENTONCES LO IDEAL SERÍA VER A UN AMAMNTE Y UN COBARDE JUNTOS.