domingo, 9 de mayo de 2010

El Sueño




W. B. U.

Gabriel se levantaba cada día recordando perfectamente lo que había soñado durante la noche anterior. Así venía sucediendo durante los últimos años, lo cual no era, claro está, ningún problema para él. Al contrario, era más bien gracioso, sobre todo si se considera que, luego, le iban ocurriendo una serie de percances durante el día, que hacía que el sueño se fuera materializando completa y fielmente.
Esta suerte de premonición era como un embrujamiento alegre que le ayudó, en último momento, a cambiar de bus en un viaje al exterior, después que recordara que la máquina que soñó volcada e incendiada, tenía una franja azul y roja sobre un fondo platinado, tal como el bus que le abría las puertas para que subiera.
Se vistió de héroe cuando repitió, paso a paso, lo que había soñado y salvó a su jefe después que éste se atragantara con un pequeño trozo de carne en el restaurante. Debió fingir que se sorprendía, cuando en una ceremonia le conferían un importante premio que disputó, palmo a palmo, junto a otros dos colegas.
Sin embargo, desde hace siete días atrás todo ha sido un verdadero infierno para él, porque ha permanecido en vela después que soñara que justo en el momento de dormirse un ataque cardíaco terminaba con sus días.
Gabriel ha consumido una serie de cosas, desde café con bebida cola, hasta bebidas estimulantes. Ha fumado, se ha lavado la cara para no dormir, pero ya anda a los trastabillones. Se vio obligado a consumir drogas mezcladas con café, cuando estaba a punto de dormirse, porque quiere escapar a su designio.
En medio del agobio, Gabriel quiere espantar un dolor lacerante en su espalda y se recuesta para darse alivio. En ese instante, comienza a pensar que su vida ha sido buena. Piensa en sus hijos y se cruza también por su mente, el momento exacto cuando contrajo matrimonio con Sara. Este recuerdo, sin embargo, fue difícil de evocar porque un dolor muy penetrante estaba aguijoneándole el pecho…

FIN

3 comentarios:

tecla dijo...

Estoy encantada de cómo has hilado tan fascinante historia Walton.
Aunque antes tengo que expresarte la alegría que me produce el verte y encontrarte aquí de nuevo.
A veces sueño cosas que ocurren al día siguiente de soñarlas. Es decir ocurren cosas que había soñado esa noche, y cuando me despierto estoy tan impresionada que estoy segura de que han ocurrido.
El caso es que no quiero darle crédito a mis sueños.
Creo Walton que nuestra mente "lo sabe todo" y que no lo hemos soñado. Lo hemos visto, y alguna neurona se ha encargado de darnos el chivatazo.
En otras ocasiones también pienso si no estaremos aquí y en otra parte al mismo tiempo.
TQM

unsilencioquenocalla dijo...

He pensado exactamente en lo mismo, muchas veces, mi querida Mejorana.

unsilencioquenocalla dijo...

He pensado exactamente en lo mismo, muchas veces, mi querida Mejorana.