
W. B. U.
En el vasto horizonte de mi silencio
la música suena lenta en mis oídos,
garzas, queltehues, rumores de hojas
y algún lejano ladrido,
mientras espero con la mirada clavada abajo,
en la nubes y cerros invertidos.
Los peces, por aquí y por allá
dibujan anillos milenarios
sobre la quieta superficie del tranque,
y entre los juncos una traviesa tagua
ramonea y escarba los secretos del agua.
De los árboles, las hojas caen convertidas
en barcos que navegan a la deriva
y cada tanto los peces desafían
haciéndome un sonoro saludo con sus colas.
Mis anzuelos siguen desnudos,
en el vasto horizonte de mi silencio…
…es el arte de pescar sin carnada.