Coautoría de Socorro Melgarejo Lozano
y Walton Beltrán Uyevic
y Walton Beltrán Uyevic
El humo de mi cigarrillo te dibuja
entre las cuatro paredes de mi ansiedad
y te recuerdo febrilmente bajo las sombras
de la luna.
El humo de tu aliento me envuelve y me seduce.
Desfallezco,
y no sé si me encuentro en el cielo o en la tierra
o en los espacios siderales y turbados de tu cuerpo.
Mis sentidos se inundan
y me pierdo por el camino de tu fiebre.
Y ya no sé qué hacer, ni qué sentir
ni adonde dibujarte con mis labios cuando mi boca arde
y puede que hasta abrase tu piel estremecida.
El humo de mi cigarrillo te trae
desde los límites del tiempo
y desde los rincones más profundos
del territorio de mi memoria.
Y comienzo a contemplar como te acercas,
sinuosa, agazapada, con pasos de felina
para ocultarte entre las hebras del humo que se escapa
en busca de la luz de una luna colorada
que abrasa porque el sol ya no quema.
¡Vuela!, te digo.
¡Escapa por esa ventana que se funde
en el espacio recóndito del tiempo y el territorio agreste
que son los lugares oscuros de mi memoria!
¡Vuela, mientras llueve y no deja de llover!
Llueve sobre los manantiales,
llueve.
Llueve sobre los claros del día y las acequias,
llueve.
Llueve sobre el jardín y el granado
haciendo que revienten sus frutos escarlata
como un corazón que se derrite
y se entrega a los gorriones,
en una ofrenda,
grano a grano.
Les llueve a los poetas y a los versos.
A los cántaros,
a las copas vacías y a los vasos de cristal.
Llueve por todas partes.
Se rebasan los ojos de tanta angustia,
el agua se desborda en los deseos y en la memoria.
Y no para
de
llover
y
llover.
1 comentario:
El humo de tu aliento me envuelve y me seduce.
Desfallezco,
y no sé si me encuentro en el cielo o en la tierra
o en los espacios siderales y turbados de tu cuerpo.
Todo el poema es una pura y exquisita melodía.
Me mezo y me abandono en tus versos como si fueran las olas del mar.
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