W.B.U.
Hoy me levanté convencido
que mi casa es un zoológico.
Veo animales por doquier.
Para mamá esto es paradójico.
Ella me dice: “pero si eso es sólo
la manga de un abrigo elegante”,
yo lo miro y lo vuelvo a mirar.
Veo en él a un fabuloso elefante…
Entro al baño y en seguida me grita:
“por Dios, no tires la toalla a la tina”
Yo respondo: “no es toalla, mamá.
¿Lo ves?, es una tremenda sardina”.
“Métete de inmediato a la ducha”,
me grita con actitud ferviente
mas no me atrevo, porque bajando
por la pared viene una serpiente.
“¿Qué haces, ahora con el jabón?”,
en la frente se le dibuja una arruga.
No la comprendo, ahora no quiere
que juegue yo con la tortuga.
“Trae acá esa cabeza, la voy a peinar.
Estás chascón” fue su argumento,
Yo me pregunto: si quiere peinarme
¿por qué coge un ciempiés en ese momento?
Luego, en la cocina casi me grita,
en forma totalmente alharaca:
“no te sientes al revés en la silla”.
No ve que voy montando una alpaca.
Al rato reclama: “¡mi sofá gris!,
Te mereces un severo castigo.
No me lo ensucies”, no se da cuenta
que es el rinoceronte, mi amigo.
Ya cansada me manda a la calle a jugar.
Espera que por mucho rato yo no vuelva
Creo que así será, porque ella no sabe
que acá afuera hay una verdadera selva…
Hoy me levanté convencido
que mi casa es un zoológico.
Veo animales por doquier.
Para mamá esto es paradójico.
Ella me dice: “pero si eso es sólo
la manga de un abrigo elegante”,
yo lo miro y lo vuelvo a mirar.
Veo en él a un fabuloso elefante…
Entro al baño y en seguida me grita:
“por Dios, no tires la toalla a la tina”
Yo respondo: “no es toalla, mamá.
¿Lo ves?, es una tremenda sardina”.
“Métete de inmediato a la ducha”,
me grita con actitud ferviente
mas no me atrevo, porque bajando
por la pared viene una serpiente.
“¿Qué haces, ahora con el jabón?”,
en la frente se le dibuja una arruga.
No la comprendo, ahora no quiere
que juegue yo con la tortuga.
“Trae acá esa cabeza, la voy a peinar.
Estás chascón” fue su argumento,
Yo me pregunto: si quiere peinarme
¿por qué coge un ciempiés en ese momento?
Luego, en la cocina casi me grita,
en forma totalmente alharaca:
“no te sientes al revés en la silla”.
No ve que voy montando una alpaca.
Al rato reclama: “¡mi sofá gris!,
Te mereces un severo castigo.
No me lo ensucies”, no se da cuenta
que es el rinoceronte, mi amigo.
Ya cansada me manda a la calle a jugar.
Espera que por mucho rato yo no vuelva
Creo que así será, porque ella no sabe
que acá afuera hay una verdadera selva…
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