jueves, 14 de agosto de 2008

¿Cómo puedes seguir...?




W. B. U.


Sé que olvidarte me será fácil,
porque he podido levantarme hoy
sin que me incomodara,
como antes, el lado frío de tu cama
y pude bajar la escalera de un salto
para prepararme el desayuno.

Salí de casa y respiré a pulmones llenos,
porque estoy lleno de propósitos,
sí, te olvidaré fácilmente,
quizás, en un santiamén.

Lo intuyo, lo huelo,
sé que debe ser fácil olvidar que te quise,
sólo tengo que caminar estos días tristes,
estos días vacíos que dejaste,
sólo tengo que aguantarme las ganas
de oler en el aire ese perfume tuyo,
que como un arrullo, juega a embriagarme.

¿Dónde está el secreto de la paciencia?
Dímelo,
¿Dónde está la fuerza para resistir?
Te lo pido,
aunque bien sé que no quieres saber nada de mí.
Ja, pero será fácil, será fácil, sí, será muy fácil,
me lo impongo,
sólo tengo que soportar la soledad terrible
y aguantar este horrible agobio que me embarga.

El sol dibuja un arco dorado en el cielo
y se demora todo un día,
mientras yo, que antes veía, las cosas con claridad
no hago más que pensar
en cómo hacerlo para olvidarte.

Porque, la verdad,
se me hace difícil, cada vez más difícil
y me ahogo,
me caigo dentro de este pozo
que me cubre con recuerdos,
y con risas (tus risas que aún suenan)
y con tantos juegos que jugamos.

Ah, cómo envidio, maldita,
esa facilidad tuya para continuar,
¡cómo puedes seguir respirando!
¿tan tranquila?

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