(a mi esposa Ivette Papagallo Igor)
Te pienso
desde el entusiasmo,
en cada breve gesto
que realizas
cuando cruzas bamboleando
tus caderas mínimas,
en ese ir y venir constante,
casi autómata
delante de mis ansias lentas…
te pienso.
Te pienso en silencio
y a toda hora…
Te pienso
una y otra vez,
porque esta cultura salvaje
y peligrosa de pensarte,
de irte encontrando y
descubriendo en cada gesto,
me permite construirte,
anticiparte ahuecando mis manos
y así tenerte antes de que llegues…
Te pienso
desde el entusiasmo
que es esta ardiente paciencia
de anticiparte,
construirte lentamente
para tenerte antes de que estés aquí…
W.B.U.