
W. B. U.
¿Qué tal si un día te sorprendo
con un beso delicadamente obsceno
y tu respuesta no puede ser otra
que la de entregarte
como una granada,
ofreciendo su dulzor rojo y perfumado,
vencida y anhelante?
¿Y qué tal si un día de estos
unto cada centímetro de tu piel
con las cerezas aromatizadas
de mis besos
y te convierto en un postre delicioso?
¿Y qué tal si luego,
te cuelgo otros besos
y con ellos te regalo una diadema de flores para tu pelo?
¿y si te pinto con mis labios
algunos zarcillos en tus orejas,
y si prendo otros besos,
ya con franca lujuria,
sobre tus sutiles pechos?
¿y si tallo la piel de tu cuello
con mi alborotada lengua
y tú no haces otra cosa
sino ir derritiendo
esa coraza con la que cubres tus anhelos?
¿Y qué tal si te quedara gustando
el sabor libertario de mis besos
y te entusiasmas en la egolatría de saberte diosa?
Entonces también te cubriría de mimos
y desde ese momento en adelante
te vuelves cautiva,
dejas de luchar
y ya casi sin aliento
te rindes,
te entregas satisfecha y vencida…