W. B. U.
En la mañana de un sábado de mayo,
inundado de una húmeda y grisácea luz
subo a gatas hasta la cima de este cerro pedregoso
y cuando me vuelvo a mirar para el valle
encuentro una historia que se repite,
como rutinaria gota en el lavamanos
de la realidad…
Hemos estado por siempre,
como una estatua de sal,
como una roca batiéndose lentamente en el mar,
frente a la única y verdadera realidad:
que respiramos y dejamos de respirar
en medio de un mar de inexactitudes
y secretos cósmicos,
frente a los cuales inventamos teorías,
para entender,
construimos sistemas,
para razonar,
elaboramos la idea de Dios
y todo, para evitar el miedo
de vivir frente al abismo
del desacierto y la indeterminación.
Y nuevamente,
como porfiada letanía,
nos encontramos frente al intento
por entender una realidad nebulosa,
a través de la historia,
postrándonos ante los pies de ídolos;
humanizando fuerzas de la naturaleza;
obedeciendo a chamanes, brujos y sacerdotes;
definiendo sistemas y leyes físicas;
explicando la realidad
a través de leyendas y mitos;
consensuando religiones,
que niegan los mitos,
cuando no son más que mitos superelaborados,
y todo,
para sustentar nuestro rol de creatura superior en el planeta,
cuando la verdadera realidad es que,
cual más, cual menos,
respiramos, nos alimentamos y cagamos,
nos reproducimos y morimos,
bajo este cielo inentendible,
en este escenario, que es un secreto infinito...
y secretos cósmicos,
frente a los cuales inventamos teorías,
para entender,
construimos sistemas,
para razonar,
elaboramos la idea de Dios
y todo, para evitar el miedo
de vivir frente al abismo
del desacierto y la indeterminación.
Y nuevamente,
como porfiada letanía,
nos encontramos frente al intento
por entender una realidad nebulosa,
a través de la historia,
postrándonos ante los pies de ídolos;
humanizando fuerzas de la naturaleza;
obedeciendo a chamanes, brujos y sacerdotes;
definiendo sistemas y leyes físicas;
explicando la realidad
a través de leyendas y mitos;
consensuando religiones,
que niegan los mitos,
cuando no son más que mitos superelaborados,
y todo,
para sustentar nuestro rol de creatura superior en el planeta,
cuando la verdadera realidad es que,
cual más, cual menos,
respiramos, nos alimentamos y cagamos,
nos reproducimos y morimos,
bajo este cielo inentendible,
en este escenario, que es un secreto infinito...